El tiempo no es dinero. El tiempo es tiempo. Nada lo paga de vuelta una vez ha pasado. La creencia colectiva de que el tiempo es dinero, es la base de la esclavitud moderna. Una gran mentira que sustenta una forma de vida en la que nuestro tiempo se nos va en “producir” y adquirir, lo que ni siquiera deseamos.
Si el tiempo fuera dinero las personas que trabajan 40 horas por semana o hasta más, serían millonarias hace rato, o al menos vivirían libres de deudas. Si el tiempo fuera dinero, independientemente de la actividad laboral de las personas, de su nivel de preparación, cargo o responsabilidad, todas ganarían lo mismo. Pues de hecho, todas cuentan con 24 horas al día. Tu tiempo no vale más que mi tiempo, pues tu vida no vale más que la mía. Y si el tiempo es el mismo para todes, ¿por qué el pago no es el mismo? ¡Porque el tiempo no es dinero! ¡El tiempo es simplemente tiempo!
El valor de lo que entregas equivale al dinero que recibes. Esta es, tal vez, otra forma de abordar la ecuación. No es cuestión de tiempo, sino de valor. ¿Y si lograras que te pagaran por el valor de lo que ofreces y no por el tiempo de vida que entregas allí? ¿Y si lograras separar el tiempo de tu vida del dinero que produces? ¿No es esto acaso parte de revolución que estamos teniendo gracias a los eclipses de nodo norte en Tauro, mientras Saturno, rey del tiempo, está en Acuario? Una revolución en cuanto a lo que valoramos y que nos lleva, entre otras muchas cosas, a darnos cuenta de que:
– el pan no hay que ganarlo necesariamente con el sudor de nuestras frentes.
– no todo lo que vale la pena tiene que costarnos un gran sacrificio.
– la letra con sangre no entra.
– una lección de vida no implica necesariamente error y arrepentimiento.
– la sanación no siempre tiene que darse por la vía del dolor.
– el paraíso no es una promesa, el paraíso es ahora.
De hecho, tal vez tampoco hay que sanarlo todo. No hay que perdonarlo todo. No hay que comprenderlo todo. Tal vez hayan otras maneras de dejarnos en paz. Tal vez la distancia y el silencio es el mejor de los bálsamos cuando algo ha dolido demasiado y no hay palabra mediadora entre los corazones, que aunque se aman, hoy no se soportan. Irónico, sí, como la vida y su humor particular. Pero no hay chiste más grande y por favor, te invito que te rías, cada vez que pienses que tu tiempo es algo que una cantidad de dinero x, puede pagar. Y después del chiste, por qué no, ponderar un poco más largo y profundo en estas otras preguntas y sus posibles respuestas:
– ¿Cuál es el valor de lo que creas y compartes con otras personas a través de tu trabajo?
– ¿Qué producto o servicio de valor podrías crear con base en lo que ya haces?
– ¿Por qué la información y las ideas que compartes podrían ser de valor para otras personas?
– ¿Qué te hace sentir valioso o valiosa más allá de lo que haces, compartes o transmites?
– ¿Qué tan valiosa o valioso te sientes si no compartes nada?
Tu tiempo no es dinero. Tu tiempo, en esta vida, es tu tiempo. Hecho de disfrute, en soledad o en compañía. Hecho de las experiencias que escoges, consciente o inconscientemente, vivir. El dinero va y viene, el tiempo no. Tienes riqueza si puedes decidir qué hacer con tu tiempo. No tienes tiempo porque tienes dinero. ¿Acaso no conoces gente que no tiene ni lo uno ni lo otro, incluso después de trabajar toda una vida? Tu tiempo no es dinero. No hay cantidad que pague el infinito valor de tu tiempo limitado en este Tierra.
Con amor y… tiempo, Crista.
